El titular podría hablar de unas carreras de motos como de un soufflé mal hecho. Ciertamente se refiere a lo primero, que cada vez se parece a un soufflé mal hecho. Y digo esto cuando España conquista su victoria 300 en los mundiales de motociclismo, gracias a Héctor Faubel. No está mal. Pudo acabar mejor.
Las KTM se dan cuenta ahora que corren un mundial y De Angelis sigue a la suya, el pobre se va al suelo con facilidad, tenga la culpa o no. De todas formas, la cantera apunta maneras para el año que viene en MotoGP. A más de uno le falta concentración, pero el temple lo da la experiencia. Me gustaría que Barberá pudiese conseguir buenos resultados y rodar delante.
El gran susto: Sekiguchi. Su choque frontal, espectacular a la vez que dramático. Sólo hay que ver cómo quedó la moto. Los de Brno deben plantearse dejar el borde de la pista tan llena de tierra. La que armó Simoncelli no fue la única que se pudo ver. Por cierto ¿Qué fue del Simoncelli que entrenaba con Rossi? Una promesa que no termina de arrancar. Tal vez por falta de concentración o moto, pero no funciona.
Sé que un apunte político no va mucho aquí pero, ¿qué tal el abrazo de Aspar con Gerardo Camps? Como alicantino y valenciano: a ver cuándo me invitan a mí a estar con Aspar. Que la Comunidad la financiamos todos.
Siento (por a quien le interese leer por aquí y por mí) no poder darle más caña al blog. Muchos líos. Muchas tareas pendientes. Realmente me gusta pasarme por estos lares del motor, me apasiona.